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Soledad Campos - La flor del desierto

De todas las cosas que alimentan mis ojos, 
nunca vi algo tan peculiar, 
de todos los campos y senderos, muchas como tú vi, 
pero ni una que se le comparara con tu soledad 
ni una tan valiente como tú, 
cuando te enfrentas con el sol radiante, 
tan perseverante como para abrirse en un reino de sequía.

Muchos senderos, muchas flores, 
¡sí! como tú, como tu flor única, 
aunque seas exactamente igual que las flores que lucen sus colores al viento, 
más tú luces tu soledad 
en medio de aquel desierto, que marchita y opaca tus colores, 
aquel que a pesar de ser desierto; 
te espera y te da gloria, 
como si fueras hija de la misma sequía.

Soledad Campos

Luis Calama Rodríguez - Tus Palabras

Cuando tus labios abras
y en la sombra se crucen las miradas,
déjame tus palabras
como perlas aladas
de miel y de albahaca perfumadas.
Por si el hado me hiere
déjame que me acune con su canto,
que su amor me libere,
me caliente su manto
y me envuelva el arrullo de su encanto.
Déjame que las sienta,
que beba de su néctar muy despacio
y que surja la lenta,
mientras de luz me sacio,
nitidez de su llama en el espacio.
Cántame cada frase,
sáciame de la sed de su sonido,
sácame del desfase
que acude a mi latido
si el pozo de la sombra me ha invadido.
Que las oiga mi llanto
y que se cambie en risa verdadera
mientras surge el encanto
de una nueva quimera,
que inspirada en los sueños me invadiera.
Que silben en el cielo
de alondras de silencios adornadas,
imaginando un vuelo
de luna, de alboradas.
Déjame tus palabras perfumadas.

Adelaida Caballero - Bicéfalo

Ella es ambas bocas,
hembra y pez,
monstruo bicéfalo
cuando él gime agónico,
animal ensangrentado
y se aferra al suelo pantanoso
de su sexo.

Adolfo Burriel - Empieza con el fuego

La historia empieza con el fuego,
sigue en el paraíso, 
conoce algo más tarde la desgracia 
del ángel,
maldice pronto el beso y los desnudos,
desune los colores,
toma prestados
del alma los olvidos.

La historia que comienza con el fuego
acaba ciegamente
donde compiten
el crimen y la aurora.

Harmonie Botella - Cenicienta

Cenicienta grisácea 
que llora cerca de la lumbre ahogada,
recuerda el ayer sofocado, 
evoca las palabras y los gestos del cariño,
rememora las cálidas sonrisas de la pasión,
las miradas incandescentes, 
la fogosidad de ese amor pasado.
El amor, al igual que tú,
tiene arrugas en el rostro y en el corazón,
le duelen las piernas, las manos, el alma y la vida,
no distingue en este almanaque amarillento
el hoy del ayer, 
el ayer del mañana,
sus días están hechos de momentos huecos y deslucidos,
de frases sin sentido, 
de vocablos que se repiten para rellenar el vacío.
Amor, amor...
¿Cuándo se desvaneció el amor?
¿Cuándo se extraviaron las caricias?
Cenicienta ya no recuerda. 
Se pierde en ese pasado reciente,
se revuelve afligida 
en la materia opaca de la indiferencia,
en el lodo gris de la indolencia, 
en el barro pardo de la desgana.
El espejo mágico
refleja el rostro pálido de la princesa para recordarle
que ya no tiene veinte años,
y que nacieron las primeras canas,
que los sueños hechiceros tienen un fin,
que los príncipes se cansan de las bellas damas, 
de sus ideales, y de su conversación,
que hoy sus miradas mudas y desiertas
se extinguen en la pantalla de un televisor,
en un vaso de whisky barato
o en la carrocería de un Laguna último modelo
y que el amor fue sólo un espejismo
que duró el tiempo de un cuento de hadas.
Cenicienta, ya no eres princesa...
No te duermas, despierta. Ya no eres princesa...
Pero puedes ser reina. Despierta...
La corona te espera.


Rubén Manuel Boronat - Epílogo

Cuando miro las estrellas 
es por hallarte en el tiempo: 
Estero, balsa y totora 
envainan sable de sueño 
bajo la luna pendiente 
de las orejas del cielo.

Tu imagen tiene esa magia 
de empañar en el cerebro 
cuando evoco las melazas 
dulzonas del sentimiento.

Cautivo en una muralla, 
coraza hierro cemento, 
teje la trenza dorada 
maduro trigal, su cuerpo.

Cómo una brisa recorre 
frescura por los latidos! 
¡Aroma de flor no moje 
en grises lluvias de olvido!

Mi boca siempre dibuja 
la tuya tras de los besos; 
¡Hornero albañil construya 
divina arcilla de pechos 
y un amasijo de labios 
soplando vida al recuerdo.

Ernesto Borge - A mi mejor amigo

Es tiempo de reír, es tiempo de llorar,
de todo detenerlo y a un amigo recordar
y sacar de la memoria lo que el tiempo ha de borrar.

Es tiempo de llorar, es tiempo de reír,
de escribir en pocas frases el dolor y el sentir
que clava en el alma el repentino partir.

Es tiempo de llorar, sólo de llorar,
porque el dolor del pecho hay que desahogar.

Es tiempo de reír, sólo de reír,
pues arriba un fuerte abrazo nos volverá a reunir.

Mario Barrundia Sánchez - Ven esta noche

Ven esta noche,
ven todas las noches,
ven con los pies descalzos,
con tu alma desnuda,
con la sed encendida.

Bébete mi sangre, impetuosa y rica,
que tus venas se ensanchen,
toma de mi lo que quieras,
no dejes nada,
déjame vacío,
sácame la vida, mátame despacio

Mécete en mi hamaca, cómeme a zarpazos,
entrégame tu rabia,
deja el mundo en mi lecho.
que cuando tu cuerpo explote, y tu boca calle en un grito ausente,
allí estaré yo, para abrazar tus restos, y cuidar tus sueños.

Jesús Ángel Barriga Morato - Confío en la primavera

Como el sol abraza el monte 
en los amaneceres dulces de esta primavera ajena. 
Como la luna despierta a la noche 
en los atardeceres enamorados de esta primavera ausente. 
Así mi corazón quiere acercarse al tuyo. 
Así mis manos buscan las tuyas, 
mis letras buscan tus palabras, 
mis palabras tus labios, 
mis labios los tuyos. 
Confío en la primavera.

Y solo me encuentro 
como los montes, como el amanecer 
encadenado dentro de un poema 
que nunca te llegará. Confío en la primavera.


Jesús Ángel Barriga Morato

Paula Barrera - Muerte

nací sola 
morí sola, 
de la mano de ningún amor.

morí lentamente sin dolor 
ni amor 
tan solo el frío 
que me mató

no sé si existe el cielo 
ni el infierno 
ningún muerto me lo ha contado

pronto lo descubriré yo.

Paula Barrera - Canción

a través del vacío muerto 
escucho una cancion 
una tonta melodía 
un profundo grito de desesperación

todo en total silencio a pesar de eso 
yo escucho la canción.

Ismael Aranda - Poema al culo de las cosas

Hay culos que te invitan
Que te evitan
Culos señoriales
Hay culos ostentosos
Nóculos
Culos transversales
Traviesos
Hay culos olímpicos
Culos obviamente sentados
Culos cóncavos
Convexos
Confusos
Difusos
Culos fiesta de pueblo
Culos dominicales
Culantro
Culos por todas partes
en botellas, congestionamientos, infiernos
esculturas, ángeles, dioses
¡Ay culo!
¡Omnipresente culo!

Jesús Aparicio González - Nunca la misma palabra

Más verde, con más agua. 
Otra savia en la próxima memoria. 
No corre el mismo río. 
Nunca el aire de ayer respirará la montaña. 
Palabra no envejece 
y es siempre nombre propio. 
Suena no usada al alba. 
Juvenil, rara flor; 
cada nueva lectura 
es otro alumbramiento, 
novísima esperanza. 
Más verde, con más y distinta agua.

Efraín Huerta - Absoluto amor

Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.

Amada inmensa
como una violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.

Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.

Te miro asícomo mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.

Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.

Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.

Cuarto de Hotel

I

A la luz cenicienta del recuerdo
que quiere redimir lo ya vivido
arde el ayer fantasma. ¿Yo soy ese
que baila al pie del árbol y delira
con nubes que son cuerpos que son olas,
con cuerpos que son nubes que son playas?
¿Soy el que toca el agua y canta el agua,
la nube y vuela, el árbol y echa hojas,
un cuerpo y se despierta y le contesta?
Arde el tiempo fantasma:
arde el ayer, el hoy se quema y el mañana.
Todo lo que soñé dura un minuto
y es un minuto todo lo vivido.
Pero no importan siglos o minutos:
también el tiempo de la estrella es tiempo,
gota de sangre o fuego: parpadeo.

II

Roza mi frente con sus manos frías
el río del pasado y sus memorias
huyen bajo mis párpados de piedra.
No se detiene nunca su carrera
y yo, desde mí mismo, lo despido.
¿Huye de mí el pasado?
¿Huyo con él y aquel que lo despide
es una sombra que me finge, hueca?
Quizá no es él quien huye: yo me alejo
y él no me sigue, ajeno, consumado.
Aquel que fui se queda en la ribera.
No me recuerda nunca ni me busca,
no me contempla ni despide:
contempla, busca a otro fugitivo.
Pero tampoco el otro lo recuerda.

III

No hay antes ni después. ¿Lo que viví
lo estoy viviendo todavía?
¡Lo que viví! ¿Fui acaso? Todo fluye:
lo que viví lo estoy muriendo todavía.
No tiene fin el tiempo: finge labios,
minutos, muerte, cielos, finge infiernos,
puertas que dan a nada y nadie cruza.
No hay fin, ni paraíso, ni domingo.
No nos espera Dios al fin de semana.
Duerme, no lo despiertan nuestros gritos.
Sólo el silencio lo despierta.
Cuando se calle todo y ya no canten
la sangre, los relojes, las estrellas,
Dios abrirá los ojos
y al reino de su nada volveremos.

Octavio Paz

A Federico Garcia Lorca

Español, español,
saca los pechos y ponte al sol!
Llévate a cuestas la casa;
el vivido es lo que pasa
y se queda el porvivir.
Mañana será otro día;
cada día su alegría
con su pena de sufrir.
Cada día su mañana
con la santísima gana
de cantar.
Quién nos quita lo vivido?
En el seno del olvido
el descanso de soñar!

Miguel de Unamuno

A mi buitre

Este buitre voraz de ceño torvo 
que me devora las entrañas fiero 
y es mi único constante compañero 
labra mis penas con su pico corvo.

El día en que le toque el postrer sorbo 
apurar de mi negra sangre, quiero 
que me dejéis con él solo y señero 
un momento, sin nadie como estorbo.

Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía 
mientras él mi último despojo traga, 
sorprender en sus ojos la sombría

mirada al ver la suerte que le amaga 
sin esta presa en que satisfacía 
el hambre atroz que nunca se le apaga.

Miguel de Unamuno

Desahucio

Ángeles malos o buenos, 
que no sé, 
te arrojaron en mi alma. 
Sola, 
sin muebles y sin alcobas, 
deshabitada. 
De rondón, el viento hiere 
las paredes, 
las más finas, vítreas láminas. 
Humedad. Cadenas. Gritos. 
Ráfagas. 
Te pregunto: 
¿cuándo abandonas la casa, 
dime, 
qué ángeles malos, crueles, 
quieren de nuevo alquilarla? 
Dímelo.

Rafael Alberti

Mi Angel

A llegado a mi puerta 
un ángel sin avisar. 
La he dejado abierta 
para que el pueda entrar.

Donde antes había guerra
ahora sólo hay paz. 
Aunque a veces no lo entienda
me ha mostrado lo que es amar.

A secado mi tristeza 
para dar paso a la felicidad. 
Se ha sentado en mi mesa 
alimentándome de sinceridad.

Este ángel que ha llegado 
a de ser una ilusión. 
Para mi es un regalo, 
una bendición de Dios.

Yo a cambio mi amistad ofrezco
al ángel que no merezco. 
Mas si el destino lo ha enviado 
no me queda mas que aceptarlo.

Si algún día éste
decide que debe partir. 
Espero que al menos deje 
su alegría grabada en mi.

Anonimo

Disculpame

Discúlpame, si puedes, por mis versos,

Neruda, de mil sábanas poeta,

pues yo no sé escribir cantando al agua,

a aquel frescor primero de la hierba,

igual que tú, en tu Chile de araucarias.

Yo sólo sé escribir palabras quietas

en este pueblo donde todo muere

volviéndose en las manos simple piedra.

Sucede, sin embargo, algunas veces,

que el corazón procura alguna fiesta,

y salgo a andar, alegre y bien vestida,

por el camino y luego estoy de vuelta.

Me ocurre que me río, que mi risa,

igual al llanto mío desespera.

De mi costado izquierdo sale un verso

apasionado y triste que gotea.

Ah... si entonara como tú, Neruda;

si alzara por los vientos los poemas

mejores de mi vida en dulce nota.

Si el verso hablara a Dios sin una queja.

Sollozo sin su madre, fuego triste.

jardín quemado que no dio violeta,

invierno sin cerilla, espectro frío

es todo lo que tengo por cosecha. 

Pablo Neruda

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