Ave María, gloriosa,
Virgen Santa preçiosa:
como eres piadosa
todavía.
Graçia plena, syn mansilla,
abogada:
por la tu merçed, Señora,
faz esta maravilla,
señalada;
por la tu bondad agora
goárdame toda ora
de muerte vergoñosa,
porque loe a ty, fermosa,
noche e dya.
Dóminus tecum,
estrella resplandeçiente,
melesina de coydados,
catadura muy bella,
rrelusiente,
syn mansilla de pecados:
por los tus gosos preçiados
te pido, virtuosa,
que me guardes, linpia rosa,
de ffollya.
Benedicta tú,
Onrrada sin egualança:
syendo Virgo conçebiste,
de los ángeles loada
en altesa:
por el fijo, que pariste,
por la graçia, que oviste,
¡o bendicha fror e rosa!
tú me guarda, piadosa,
e me guía.
In mulieribus
escogida, santa Madre,
de xristianos anparança,
de los santos bien servida;
e tu Padre
es tu fijo sin dubdança:
¡Virgen, mi fiança!
de gente maliçiosa,
cruel, mala, soberviosa
me desvía.
E benedictus fructus,
folgura e salvaçión
del lynage umanal,
que tiraste la tristura,
e perdimiento,
que por nuestro esquivo mal
el diablo susio tal
con su obla engañosa
en cárçel peligrosa
ya ponía.
Ventris tui,
ssanta flor non tanida:
por la tu grand santidad,
tú me guarda de errar,
que my vida sienpre sigua
en bondad,
que meresca egualdad,
con los santos, muy graçiosa,
en dulçor maravillosa,
¡o María!