Decidme, zagalejas,
si visteis a mi amada
bajar con sus corderas
por esta verde falda.
Decidme si la visteis,
cuando al rayar del alba
la luz los valles dora,
salir de su cabaña.
¡Ay!, ¿dónde se me esconde?
Decídmelo, zagalas,
miradme cómo vengo
cansado de buscarla.